DIARIOS DE LA CALLE (Reflexión)
Mi reflexión sobre la película, “Diarios
de la calle” que hemos visto en la clase de Tecnologías de la Comunicación y la
Información Aplicadas a la Educación, va a empezar con los aspectos que para mí
hay que destacar en esa película:
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Uno de los aspectos que aparece constantemente
es el poco interés que muestran los profesores, exceptuando a la profesora
protagonista, en hacer aprender o incentivar el aprendizaje en los alumnos de
la clase llamémosle “problemática”. Todos los profesores saben que el problema
existe, pero ninguno quiere afrontarlo.
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La división en las llamadas “tribus” o bandas en
el centro provoca que no haya ningún tipo de relación entre los alumnos, más
allá de lo que son peleas o enfrentamientos verbales. Este aspecto hace muy
difícil que una clase en conjunto pueda avanzar, aunque como demuestra la
profesora de literatura, con trabajo y abordando el tema correcto es posible
incentivar el aprendizaje en cualquier tipo de clase.
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El siguiente aspecto es una unión de dos
aspectos que me parecieron importantes. Por un lado el absentismo escolar que existía
en esa clase, en la que la profesora llegó a quedarse con tan solo dos alumnos.
Además, la jefa de departamento también dijo que cuando pasaban los cursos,
ninguno de los alumnos de dicha profesora iba a seguir estudiando en el
instituto. EL segundo aspecto es el poco interés que muestra la familia de
estos alumnos por lo que hacen sus hijos en el centro, ya que en la reunión de
padres no apareció ninguno, esto hace que sea aún más difícil que los alumnos
muestren interés por estudiar sin haber ayuda de la familia para que esto
ocurra.
A continuación, quiero hablar de
los materiales que usa la profesora de literatura y de cómo encuentra la clave
para que los alumnos de su clase se interesen por su clase. La verdad es que la
profesora encontró la clave de la cuestión con algo de suerte, cuando vio una caricatura
de un alumno con los labios muy grandes y regañó al autor de dicha caricatura
explicándole que así comenzó el holocausto, a lo que este respondió preguntándole
que es el holocausto. A partir de aquí, la profesora pudo utilizar material
relacionado con dicho hecho histórico y consiguió enganchar a los alumnos a sus
clases.
Para ello, utilizó materiales como el libro “El Diario de Anne Frank” y unos cuantos libros más relacionados con las bandas callejeras. Además usó unos diarios en los que los alumnos se desahogaban diariamente y solo podía leerlos si dichos alumnos le daban permiso. Fue aquí cuando se dio cuenta de la realidad de estos niños. Además, este material fue apoyado con actividades como la excursión al museo del holocausto o la carta que escribieron a Miep Gies, quién escondió a Anne Frank durante el holocausto y quién posteriormente consiguieron traer a su centro recaudando dinero.
Pero sin duda la actividad más importante que hicieron estos alumnos fue el juego de la raya, en la que se dieron cuenta que todos compartían historias similares y fue el punto de partida hacia la empatía y el compañerismo, sin importar su etnia ni su banda.
En cuanto a la metodología, la profesora llevaba a cabo una clase en la que el alumno era la parte esencial, fomentaba que estos alumnos participasen de forma activa con sus actividades. Y podemos decir que llevó a cabo en una parte del curso una metodología parecida a la denominada trabajo por proyectos, cuando los alumnos en un primer momento se informan sobre el holocausto, sobre Anne Frank, después llevan a cabo una carta para Miep Gies y por último son capaces de recaudar dinero y traer a esta mujer para que les de una charla sobre lo que vivió con Anne Frank y el holocausto.
También es de destacar la vocación de la profesora que llega
a tener tres trabajos para poder comprar material para sus alumnos, sin
importar prácticamente su tiempo libre. Esta profesora vivía en esa época por y
para sus alumnos, incluso los llevaba a sus casa para que no estuviesen mucho
tiempo en el autobús o se quedaba con ellos por las tardes para hacer las
tareas.
La evaluación de la clase de literatura era del tipo
autoevaluación, en la que los alumnos argumentando de forma correcta debían
puntuarse a sí mismo y evaluar su aprendizaje. Esta forma de evaluación aleja
la presión que ejercen las notas sobre los alumnos y hace que el aprendizaje
sea únicamente por interés real y no influido por la nota que debiesen
conseguir.
Mi conclusión después de llevar a cabo esta pequeña reflexión, es que no hay clase difícil sino metodología y material equivocados. Esta profesora demostró a partir del esfuerzo y la vocación que es posible enseñar a cualquier tipo de alumno si eres capaz de ganarte su confianza y abordar sus emociones, de forma que incentives la empatía en tu grupo clase con el fin de crear compañeros y amigos. Además todo el esfuerzo tiene su recompensa al final y es que estos alumnos lucharon para que la profesora que solo estaba capacitada para dar clases hasta segundo curso, pudiera seguir dando clases a este grupo clase hasta cuarto y su graduación. También consiguió que alumnos del grupo avanzado decidiese cambiarse de clase para poder asistir a las suyas de forma voluntaria.
Realmente no creo que sea importante que los alumnos tengan
que aprender lo establecido en los programas ni currículums, si no que aprendan
a ser buenas personas que al fin y al cabo es lo que no se olvida a lo largo de
tu vida. Y claro está que deben acomodarse los currículums a la zona en la que
se encuentre el centro, no es lo mismo las necesidades culturales de un pueblo
en el interior de Málaga que un centro de la capital, o en una zona marginal.
Me quedo con esta frase, que me ha encantado: "no hay clase difícil sino metodología y material equivocados"
ResponderEliminarEnhorabuena, una bonita reflexión.
Destacas aspectos realmente interesantes, reparas en sucesos de la película que les pasan desapercibidos a muchos, los relacionas con la enseñanza y concluyes que tu profesión es más trascendete que enseñar contenidos culturales definidos en el currículum. Buen trabajo.