Según Sir Ken Robinson, pretendemos educar a los niños para un mundo futuro cuando ni siquiera sabemos como va a ser el mundo dentro de cinco años. Pese a esto está convencido de la capacidad de innovación que tienen los niños. Cree además que todos los niños tienen un talento innato pero que lo desperdiciamos implacablemente. Por ello piensa que la creatividad debe tener un estatus tan importante como la alfabetización de los alumnos en la escuela.
Pone como ejemplo una anécdota que le contaron, en la que en una clase de dibujo, un profesor le preguntó a una de sus alumnas qué estaba dibujando, a lo que ésta le respondió un dibujo de Dios. El profesor sorprendido le explicó que nadie sabe la apariencia que tiene Dios, ante esta explicación la niña le respondió que lo sabrá en unos minutos. Esta es una muestra de la creatividad que poseen los niños y que poco a poco se va apagando o deteriorando con el paso de los años y la influencia de la escuela.
Además, Sir Ken Robinson explica que los niños no tienen miedo a la equivocación y para ser creativo es indispensable no tener miedo a equivocarse. Pero para cuando son adultos estos mismos niños han adquirido el miedo a equivocarse, por lo que pierden capacidad de creatividad. Pone como ejemplo una cita de Pablo Picasso: " Todos los niños nacen artistas, el problema es mantenerse artistas cuando crecemos".
Una crítica importante que lleva a cabo durante la presentación es que dice que todos los sistemas educativos del planeta, independientemente del país en el que te encuentres tiene la misma jerarquización de las materias. Por un lado matemáticas e idiomas se encuentran en la cima, mientras que humanidades y artes están en el fondo. Le da explicación a este hecho diciendo que las escuela públicas se crearon en el siglo XIX ante la necesidad producida por la industrialización, con dos ideas, la primera idea es que las materias más productivas para el trabajo están en la cima y la segunda es la habilidad académica que ha alterado nuestra visión de la inteligencia.
Para el conferenciante, la educación está cambiando sus estructuras bajo nuestros pies porque antes tener un titulo era sinónimo de trabajo asegurado, mientras que ahora tener esa misma titulación no te asegura un trabajo, sino que es necesario un máster o una formación académica superior. Piensa que nuestro sistema educativo nos ha explotado en busca de una solo recurso particular.
Por último termina la conferencia hablando de Gilliane Lynne, creadora del musical de Cats y El Fantasma de la Ópera, que cuando fue niña, sus profesores pensaban que tenían TDH y la madre la llevó a un especialista, este especialista fue capaz de ver el verdadero causante de ser una niña tan nerviosa y le dejo una radio con música en una habitación con ella a solas y le dijo a su madre que simplemente observase. Así la madre descubrió que realmente lo que le gustaba a la niña era bailar y la apuntó a una escuela de danza, y a día de hoy es una de las mejores creadoras de musicales de la historia, además de ser multimillonaria entre otras cosas.
En mi opinión Sir Ken Robinson tiene razón en lo que quiere expresar y es que realmente los docentes tienen que educar a alumnos para un futuro incierto y va a depender de esta educación que el futuro de estos alumnos sea bueno o no. Creo que se debe fomentar más la creatividad y eliminar el miedo a la equivocación existente debido a las calificaciones numéricas y el miedo al suspenso que se le crean a los niños en la escuela y en sus casas.
Este miedo al suspenso, se debe eliminar en gran parte en la educación familiar que es la principal fuente de presión hacia los niños ya que los padres exigen siempre el máximo a sus hijos en cuanto a rendimiento académico se refiere. Esto es así debido a que ellos fueron educados de la misma forma y mientras no se cambie este sistema educativo será imposible en mi opinión cambiar este problema.
Además creo que apuntar a los niños a actividades extra-escolares como es dibujo o simplemente algún deporte, fomenta de manera positiva la creatividad de los niños, en situaciones en las que no existe en suspenso ni el fracaso y en el que todo lo que se haga en estas clases será un refuerzo positivo para estos niños.
Muy bien, Andrés, un buen resumen y opiniones personales fundamentadas. Déjame llamarte la atención sobre un par de cosas:
ResponderEliminarLa primera es que el inteerés de las familias por las notas de los hijos no es algo genético; no se nace con esa obsesión. Tú mismo lo dices: ellos fueron educados de la misma manera. Por lo tanto, ¿cuál es la institución que tiene la obligación de cambiar ese estado de cosas?
La segunda es sobre lo que llamas apuntar al niño a actividades extraescolares. ¿La solución está fuera de la escuela? ¿Y quienes no pueden pagárselo? ¿Y quienes no tienen intereses culturales o artísticos?
Piénsalo. La responsabilidad de la escuela es muy grande, y la escuela es lo que son sus maestros y maestras.